La segunda cara del virus

por
Alejandra Redondo (2ºB Bachillerato)
Nos encontramos ante algo completamente nuevo para todos nosotros, lo que nos produce una inmensa incertidumbre y temor. Pero en mi opinión tenemos que empezar a ver las cosas de otro modo.
Tenemos que dejar de buscar culpables y de preguntarnos por qué ha pasado esto y empezar a pensar en qué podemos aprender de todo esto. Nos encontramos en una era en la cual el cambio climático está llegando a niveles preocupantes y ahora debido a esta pandemia, la economía se colapsa pero la contaminación baja de manera considerable.
 Nos encontramos en un momento histórico en el que muchas políticas e ideologías discriminatorias del pasado estaban volviendo a resurgir, pero resulta que ahora en un abrir y cerrar de ojos gracias a este virus ha habido un cambio de papeles y ahora los "discriminados" somos nosotros; ahora se nos discrimina por padecer un virus y no por nuestro color, origen o nivel económico.
Vivimos en un mundo en el que nos pasamos largas horas de nuestra vida persiguiendo algo, no se sabe muy bien qué, sin descanso, sin pausa; pero de repente se nos impone una parada forzada, que nos obliga a quedarnos en casa día tras día y a contar las horas de un tiempo al que le habíamos perdido el valor, porque sólo medimos el tiempo en retribuciones de algún tipo o en dinero.
Nos encontramos en una época en la cual la crianza de los hijos, por razones mayores, se delega a menudo a otras figuras e instituciones. El coronavirus obliga a cerrar centros educativos y nos fuerza a buscar soluciones alternativas, a que sean otra vez los padres los que estén junto a sus propios hijos, nos obliga a volver a estar unidos y ser familia.
Este virus nos quita la verdadera proximidad, la real; todo se tiene que hacer a distancia, en la frialdad de la ausencia de contacto. Habíamos dado por sentado estos gestos y su significado.
Vivimos en una fase social en la que pensar en uno mismo era la norma y ahora este virus nos envía un mensaje claro: la única forma de salir de esta es unirnos, ayudarnos y apoyarnos mutuamente.
Debemos tomar conciencia y aprender de lo que está ocurriendo.

Yo todavía me levanto cada mañana pensando que todo esto es un sueño, pero luego me doy cuenta de que es real, me cuesta creerlo pero es así. Es increíble ver como la vida de las personas puede cambiar de la noche a la mañana, pero tenemos que hacer que esta experiencia nos sume en vez de restarnos, debemos ver el lado positivo de las cosas, concienciarnos y darnos cuenta de que había cosas que estábamos haciendo mal como seres humanos que forman parte de un colectivo. Llevamos todo este tiempo pensando sólo en nosotros mismos: ya es hora de mirar también por los demás. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Brunete merece una enciclopedia, no solo una novela"

TEATRO: SANCHIS SINISTERRA VUELVE A TRIUNFAR CON 'EL LECTOR POR HORAS'