La otra cara del ser humano

por

Raúl Uceda López (2ºB Bachillerato)

@raulucedaa8

El coronavirus, ese virus que parecía inofensivo y prácticamente imposible que llegase hasta aquí, Europa. Pensábamos, “eso es cosa de los chinos, además, seguro que lo solucionan...”. Pues sí, China ya lo ha erradicado casi por completo; sin embargo, ahora nos toca a nosotros sufrirlo.

El coronavirus está poniendo a prueba a la población y su nivel ético, ya que, como estamos pudiendo ver, parece ser que seguimos sin estar preparados ante una situación de este calibre (aunque en el caso de este virus sea leve), ya que, el egoísmo y la ultra alteración se adueña de las personas a la mínima que se atisba un principio de “apocalipsis” como dirían los más exacerbados, como estamos pudiendo ver con el arrasamiento de los supermercados y la saturación que están sufriendo los hospitales.

Así, tras el decreto del pasado sábado 14 de marzo del primer estado de alarma de la democracia vigente, la histeria colectiva se adueñó de la población y la gente empezó a actuar de la misma manera que hemos visto a lo largo de nuestra vida en muchas películas distópicas. ¿Apocalipsis? ¿Fin del mundo? No, simplemente una mutación del virus de la gripe que ha pillado por sorpresa a todos los países, por lo que es necesario que se adopten este tipo de medidas para conseguir erradicarlo y poder encontrar su vacuna. Un virus que ya apareció por primera vez en 2005 y que según científicos chinos y personal de sanidad de nuestro país lleva circulando desde finales de noviembre, pero que es ahora cuando está dejando en evidencia muchas medidas que se adoptaron en el pasado y que ahora están pasando factura, véase los recortes en Sanidad pública para financiar a una privada que hasta que no se decretó el Estado de alarma no ayudó sin cobrar a la misma gente que les mantiene.

“Es solo una peli”, le tranquiliza el padre al niño en el salón. Lo que ese niño no sabe es que por muy bien preparados que estemos, por muchas charlas éticas que hayamos recibido y por mucha conciencia de grupo que tengamos, como estamos pudiendo ver, la realidad supera a la ficción.