EL DÍA DE LOS MUERTOS SEGÚN LAS TRADICIONES MEXICANAS


EL DIA DE LOS MUERTOS SEGÚN LAS TRADICIONES MEXICANAS

(SUEÑO DE UNA TARDE DOMINICAL EN LA ALAMEDA CENTRAL, DIEGO DE RIVERA, 1947)


 LUNA MEDINA 2BTO C 

Según la creencia de los antiguos pueblos de México, el mictlán fue creado por los dioses para que los que han dejado la vida terrenal tengan un lugar para descansar eternamente; para llegar ahí había que pasar nueve niveles de manera vertical en el espacio y tiempo y que ponen a prueba nuestra fortaleza espiritual. En el mictlán, los esperaban los señores del inframundo, el dios Mictlantecuhtli y la diosa Mictlancihuatl, que les daban la bienvenida con las palabras “Han terminado tus penas, pues a dormir tu sueño mortal”.


Para los antiguos habitantes de México, después de la muerte de la persona su alma aún continuaba presente. Otra costumbre es la de seguir el luto con un tiempo de gran alegría, que, según decían, logrará superar la tristeza. Y según la filosofía mexicana, son los muertos los que visitan el panteón, para pasar unas horas con los vivos. 


La palabra muerte, que en muchas culturas es tabú, en México es parte importante del lenguaje popular y cotidiano, Algunas de las maneras para expresar que la persona murió son: “Se peló”; “estiró la pata”; “se difunteó”, entre otros. Gracias al ingenio y la capacidad de reírse de uno mismo sus altares están decorados con colores vivos, frutos, flores y dulces.


Los altares son reales obras de arte popular, con diferentes tamaños y decoraciones, donde cada elemento tiene un significado distinto. El fuego en forma de velas, que son elementos católicos ligados a la espiritualidad, aquí tiene la función de invocar a las almas y ayudarlas a saber qué camino seguir. También para indicarles por dónde ir, se hace un camino de flores de color amarillo y naranja compuesto de pétalos muy pequeños, conocidos como flor de muertos. Por otro lado, un vaso de agua para calmar la sed de las almas que han recorrido un camino muy largo hasta llegar con sus familiares. La calavera es una de los símbolos más famosos, no solo en la cultura mexicana, sino a nivel internacional; en México las hacen de azúcar y se pueden comer. Por último y más importante, se prepara la bebida y comida favorita del difunto, en cantidad necesaria para que los familiares coman y beban durante las horas que pasan en el cementerio.


La noche del 1 al 2 de noviembre la pasan en familia recordando a los difuntos, haciendo todo lo que a los difuntos les gustaba. Se cree que mientras que los familiares lo recuerdan, el difunto regresa cada año; los muertos que no son recordados y de los que nadie habla desaparecen para siempre al borrarse de memoria de los vivos.




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