¿Héroe o tirano?

Por

Lucía Marchante (1º Bach., C)

Probablemente ya os hayáis hecho eco de la dimisión del expresidente boliviano Evo Morales, a continuación os hablaré del porqué de esta decisión. 

El 21 de febrero de 2019, Morales se presentaba como candidato a la presidencia por cuarta vez consecutiva a pesar de la oposición de más de la mitad del país. Su reelección supuestamente fraudulenta llevó a los ciudadanos a protestar a lo largo de todo el país, hubo una gran represión violenta que causó 3 muertos y 300 heridos. Debido al descontento general y a la tensión que sufría el país, la Organización de Estados Americanos decidió tomar cartas en el asunto, es por esto que decidieron la repetición de las elecciones al corroborarse las manipulaciones de los votos. A las revueltas sociales se han sumado desde este viernes pasado las sublevaciones policiales en contra del gobierno de Morales. Los jefes de las Fuerzas Armadas y de la Policía Boliviana publicaron sendos informes en los que invitan o sugieren de forma pacífica al presidente a dimitir por orden de la Fiscalía. 

Ante toda la presión social y política, Evo decidió dimitir este pasado domingo denunciando “un golpe cívico, político y policial” y declarando que su decisión pretendía “evitar” la violencia y desea que su pueblo retomara la “paz social”. La oposición concuerda con la dimisión de Morales y desean trabajar en la transición al nuevo gobierno convocando unos nuevos comicios.

Muchos grupos sociales están simpatizando con Morales porque consideraron la intromisión policial como un golpe de estado. Lo cierto es que los expertos no llegan a una decisión homogénea, se aboga más por el análisis de que no fue un golpe de estado, porque el expresidente no se vio obligado a abandonar el cargo de forma violenta.